viernes, 20 de septiembre de 2013

La Rochelle y el camping

Creo que alguna vez he comentado lo que me gusta viajar en coche, me parece una forma genial de conocer un país, cuando viajamos en avión de ciudad en ciudad no conocemos la naturaleza del país ni las zonas rurales que siempre dicen tanto de su país.

En el caso de Europa es fácil y para ir a cualquier lado hay que pasar por Francia, mis padres son unos enamorados de Francia, hubo unos años estupendos en los que gracias al entusiasmo de mi madre por completar el kit del camping y a mi padre por desayunar huevos fritos con su "jasky" verde, hicimos varios viajes por Europa, la mayoría en tienda y  uno de ellos, a Noruega, en caravana. 

Si no habéis probado todavía la sensación de desayunar con los pies mojaditos porque se te olvidó meter las zapatillas en la tienda la noche anterior, no sabéis lo que os perdéis.

¡Os animo a vivirlo!.

Siempre lo hemos pasado genial, ya no sólo  por conocer gran parte de Europa de una manera asequible para una familia de seis, sino por compartir tantas risas e historias de camping en camping.  

En uno de estos viajes conocí La Rochelle y hoy os quería enseñar estas dos acuarelillas que espero traigan muy buenos recuerdos a los destinatarios del regalo.














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